Atrapado en las páginas de la ficción


"Hace unos años empecé a escribir un relato sobre un novelista que un buen día desaparecía de la faz del mundo sin dejar rastro. En la historia, un joven aprendiz de escritor que había empezado a trabajar como su ayudante trataba de averiguar qué había sido de su mentor. Tras diversas peripecias, lo que descubría era que el autor desaparecido había sufrido una extraña transformación y, con el tiempo, había empezado a advertir que, cada vez que escribía una escena o creaba un nuevo personaje, una parte de él se quedaba allí, atrapado en las páginas de la ficción, como si se hubiera arrancado un pedazo de sí mismo para darles vida.

        A medida que el joven aprendiz iba desentrañando el enigma, descubría fragmentos de su mentor en sus diferentes obras hasta comprender que su ser había acabado por diluirse completamente en la ficción, como si la tinta que había empleado para escribirla fuese su propia sangre, su propia vida. En la escena final del relato, el aprendiz, a la salida de un funeral celebrado para despedir al autor desaparecido, se lo encontraba vivo y coleando entre las páginas de un ejemplar de una de sus viejas novelas, olvidada en un puesto de libros usados, rodeado para siempre de sus personajes".

Carlos Ruiz Zafón
Fragmento del prólogo de La trilogía de la niebla (2007)

Fotografía: Bertie Gregory. National Geographic.

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